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Los sensores infrarrojos (IR) son dispositivos electrónicos que permiten detectar objetos mediante la emisión y recepción de señales infrarrojas. Su funcionamiento se basa en la emisión de un haz infrarrojo que, al encontrarse con un objeto, se refleja y regresa al receptor. Estos sensores son ampliamente utilizados en sistemas de control y robótica para detectar la presencia de objetos y, en algunos casos, medir la distancia.
Un sensor IR consta de un emisor (LED infrarrojo) y un receptor (fotodiodo o fototransistor). Cuando el LED emite un haz de luz infrarroja, este se refleja en un objeto y regresa al receptor. La cantidad de luz reflejada permite determinar la presencia y, en algunos casos, la proximidad del objeto. Los sensores IR suelen operar en los rangos de 760 nm a 1 mm.
Existen distintos tipos de sensores IR, como el CNY70, que son ampliamente utilizados en proyectos de robótica y sistemas de control para reconocer la presencia o ausencia de objetos, detectar bordes y medir distancias cortas.
Un sensor IR típico consiste en un LED infrarrojo (emisor) y un fotodetector (receptor). Cuando la luz emitida por el LED IR se refleja en un objeto, el receptor detecta la señal reflejada. Dependiendo de la intensidad de esta señal, se puede inferir la presencia y distancia aproximada del objeto.